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Seguro de vida, ¿por qué es importante tenerlo?

Es probable que en más de una ocasión te hayas planteado si necesitas contratar un seguro de vida riesgo para proteger a tu familia en el caso de fallecimiento, invalidez o dependencia…

Tener un seguro de vida no es obligatorio, pero sí recomendable, sobre todo si tenemos hijos o personas a nuestro cargo y somos la fuente de ingresos de nuestro hogar.

Nuestras pólizas de vida riesgo incluyen el fallecimiento por cualquier causa como cobertura principal, asegurando el pago de un capital garantizado a los beneficiarios en caso de defunción.

En Santalucía encontrarás seguros de vida para familias y singles (solteros, divorciados o viudos, sin obligaciones familiares); si eres joven o necesitas una póliza especialmente diseñada para la mujer, contando con las mejores coberturas del mercado.

¿Es obligatorio contratar un seguro de vida con el banco?

Habitualmente, en el momento en el que se pretende contratar una hipoteca con un banco, la práctica mayoría de las entidades nos ofrece suscribir un seguro de vida junto con el préstamo. Es una práctica frecuente, generalizada y totalmente legal.

Pero, en términos normativos, ¿es necesario contratar este seguro junto con la hipoteca?

La respuesta es no. Taxativamente, no. La legislación vigente (Ley 5/2019, reguladora de los contratos de crédito inmobiliario) no obliga a la formalización de este contrato con el prestamista, en este caso el banco, concediendo libertad al cliente para escoger la compañía con la que realizar dicho contrato, siempre y cuando cumpla los requisitos exigidos por la entidad financiera.

Así, ningún banco puede exigirnos contratar este producto u otros vinculados bajo sus condiciones para acceder a un préstamo hipotecario, salvo el seguro de daños, aquel que cubre el valor del inmueble en caso de destrucción, que sí tiene carácter obligatorio. Hacerlo sería una imposición abusiva y, por lo tanto, nula de pleno derecho.

Sin embargo, sí que es recomendable y beneficioso hacerlo, bien a través del propio banco o una compañía aseguradora.

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